Y manos a la obra que nos pusimos entre todos. Desde el director, José Luis, que no dudó en coger el pico y la pala para hacer un enorme pozo, hasta los más pequeños del Instituto, todos nos manchamos de tierra para plantar un precioso abeto rojo, conocido también como Picea abies.
Este árbol, forma bosques enormes por toda Europa, desde Escandinavia a hasta Balcanes debiendo su nombre al color de su tronco rojizo y al de sus piñas, alargadas en forma de puro.
Y en estas piñas nos tenemos que fijar, para no confundir estos árboles con los abetos comunes. Mientras que en los abetos la piña está hacia arriba, (¡como la "b" del abeto!) en las píceas está hacia abajo (¡como la "p" de picea!).
Este árbol de crecimiento muy lento (en algunas zonas frías solo crece 2 o 3 cm en 10 años), ha tenido una enorme fama por la calidad de su madera, y con él se construyeron algunos de los mejores violines del mundo ¡los famosos Stradivarius!.
De momento, hasta que alguien decida cortarlo para hacer alguno de estos instrumentos, crecerá viéndonos jugar en los recreos y se asomará por las ventanas para ver como aprendemos en el aula, a la vez que limpia el aire que respiramos, frena el efecto invernadero y sirve de refugio a decenas de animales.
Y ahora que ya está cerca la primavera... os dejamos este corto para ir abriendo boca y prepararnos para recibir el buen tiempo :)
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